martes, 11 de enero de 2011

Rincón

 [De la imagen. (Actividad)]
Mi infancia huele a silencio, a un espacio cerrado que contiene el polvo de cobijas y sillones. Huele a polvo que se expande y que se cuelga en la naríz. Huele a color naranja cubierto de lanas y sueños en puesta de sol. Mi infancia suena a suavidad; suena al zumbir del silencio, se mueve el sonido como las puntas de una escoba que apenas barre una cocina. Es como el medio caer del agua en la llave al toparse con las manos que le juegan. Tan suave y repentino como el crujir de mi cabello al tocarle con los dedos cuando rasco mi cabeza. El sonido de mi infancia es el que sale de mis movimientos torpes y rápidos al toparme con los límites del espacio. El sonido después de mi respiración agitada que termina siendo sorda.